Lectura Bíblica: Salmo 90

Versículo destacado: “Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación.Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios” Salmos 90:1-2

Tema: El Dios Eterno.

Comentario: Hoy comenzaremos a estudiar los nombres compuestos de Dios. Ya explicamos que los nombres básicos de la divinidad son tres: “El” (Dios), “Adonai” (Señor) y “Yahweh” (el autoexistente). En la Biblia, sin embargo, también aparecen otros nombres compuestos para designar a la Deidad a partir de esos tres nombres simples.

A partir del vocablo hebreo “El” que significa Dios surgen cinco de estos nombres compuestos de Dios. Estos son: “El Olam”, “El – Shaddai”, “El Elyón”, “El – Roi” y “El Elohe Israel”.

Ahora, nos corresponde ocuparnos del nombre: “El Olam”. Significa “el Dios eterno”. Es decir, nuestro Dios es el Ser que no tiene principio ni fin de días.  Él no tiene comienzo y no tiene final. Siempre existió y siempre existirá. Él es el mismo a través de los siglos y realiza sus propósitos a través de las edades. Él lo conoce todo de primera mano, porque nada escapa a su presencia y de todo ha sido, es y será testigo. Él es el constante protagonista de la historia, porque nada escapa a su soberanía y a sus acciones decisoras.

Este nombre define a nuestro Dios como “El Dios de la eternidad” (Génesis 21:33). Enfatiza el hecho de que Dios es inmutable (Salmo 100:5; 103:17) y se refiere a Su fuerza inagotable (Isaías 40:28).

El hebreo “Olam” tiene diversos significados, aunque el primordial es el de “algo oculto” o “secreto”. De ahí que signifique: a) un tiempo oculto. Es decir, se aplica a Dios porque no se le conoce inicio ni final, porque, precisamente Él es eterno. b) el afán de investigar algo oculto. De ahí, que se aplique a Dios como el inescrutable o secreto.

Algunos pasajes bíblicos donde aparece este nombre de Dios son:

Génesis 21:33 “Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Yahweh Dios eterno”.

Salmos 90:1-2 “Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”.

Isaías 40:28 “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Yawhew, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance”.

Dios es el único ser que tiene vida inherente en sí mismo y que es el origen de toda vida. Nuestro Dios es el Dios autoexistente y el Dios de la eternidad que gobierna sobre el tiempo y sobre la historia. Él crea y gobierna la existencia siendo el sujeto estable siempre presente. Dios no cambia. Dios siempre está. Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos. La Santísima Trinidad ha existido y existirá por siempre. Como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo. El único Dios verdadero es uno y coexiste en tres personas en armonía perfecta desde la eternidad pasada y hasta la eternidad porvenir. Por eso, podemos estar seguros que el que comenzó la buena obra en nosotros la perfeccionará hasta el fin cumpliendo sus designios en nuestras vidas y en la historia para llevar muchos hijos la gloria y establecer un Reino de gozo y de paz eterna por siempre.

¡Qué la gracia y la paz de Dios sea sobre su vida!

En Cristo,  Julio Fernández