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Lectura Bíblica: 1 Tesalonicenses 4: 3-18

Versículo destacado: “Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”   1 Tesalonicenses 4:18

Tema: La Segunda Venida de Cristo (primera parte)

Comentario: Los creyentes de la ciudad de Tesalónica tenían una preocupación que llevó, al apóstol Pablo, a dar respuesta a dicha inquietud en 1 Tesalonicenses 4:13-18. La preocupación que tenían era si los creyentes que habían muerto se perderían la participación en la Segunda Venida de Cristo.

Si bien hoy la doctrina de la Segunda Venida, ha perdido importancia o ha sido distorsionada por algunos sectores de la cristiandad; lo cierto es que en la Iglesia temprana – de los primeros siglos – está fue una doctrina central. De aquí, que los creyentes en Tesalónica, que estaban al tanto de este dogma, quisieran saber más detalles sobre lo que implicaría.

Antes de enfocarnos en la explicación de la doctrina (que haremos en publicaciones de días siguientes), prestemos atención a la intención del apóstol al exponerla.

San Pablo no explica esta enseñanza de un modo sensacionalista, atemorizador o tratando de poner fechas sobre cuándo va ocurrir tan extraordinario evento. Más bien, Pablo busca animar a sus lectores con la explicación que hace. En el versículo 18, leemos: “Por tanto” (es decir, luego de haber explicado el tema) “…alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:17). Aquí, la palabra griega traducida “alentaos” tiene el sentido de: animar, consolar, amonestar, exhortar y confortar. Es decir, el objetivo de la explicación de Pablo de la doctrina de la Segunda Venida de Cristo era que los creyentes recibieran fuerzas y consuelo para seguir con fe y perseverancia el camino del Evangelio. Por eso, al estudiar esta enseñanza, debemos hacerlo con el mismo espíritu. Procurando encontrar ánimo, esperanza y consuelo. También, claro, prestando especial atención a la exhortación para no bajar los brazos y perseverar en la fe. Recalquemos: ¡la segunda venida se debe enseñar para traer consuelo y ánimo en la vida de los creyentes, no para perder tiempo en especulaciones o para aterrorizar a las personas! Desde luego, quienes no crean y desechen a Cristo deben saber las consecuencias de sus actos y decisiones. Deben saber que nuestro Señor Jesucristo es quién Dios ha puesto por juez de vivos y muertos y que él es ante quien todos compareceremos algún día. Pero el énfasis en nuestro pasaje de hoy, no es hablar de las consecuencias de la Segunda venida para los rebeldes, sino recordar que ningún creyente está fuera del plan de Dios. Ni siquiera los que ya han muerto.

En el versículo 13, Pablo dice que él no quiere que los creyentes ignoren acerca de los que “duermen”, ni que se entristezcan como aquellos que no tienen ninguna esperanza. La expresión los que “duermen” es una referencia a los creyentes que ya habían muerto en sus días. ¡El apóstol está exhortando a sus hermanos en la fe para que no se depriman pensando que para los que murieron antes de la Segunda venida de Cristo ya no hay esperanza! Es como si les dijera: ¡Hermanos, les voy a explicar mejor! ¡Ustedes no deben ponerse mal, en Cristo, vivos y muertos tienen esperanza! ¡Dios no se olvida de nadie y proveyó para todos por igual!

Pablo pasa a explicar (ver.14) que, si creemos la buena noticia del evangelio (“que Jesús murió y resucitó”) también debemos creer que: ¡Dios traerá con Jesús a los que murieron creyendo en él! Jesús no aparecerá solo el día de su Segunda Venida. La Segunda Venida no es un evento solitario. Jesús no viene sin nadie, no viene solo. El viene con un gran séquito, una gran cohorte de santos.

En realidad, tres grupos distintos acompañaran al Señor Jesús y estarán junto a él ese glorioso día. Un grupo, el primer grupo en el que nos concentraremos hoy, serán “los que murieron en él. Es decir, los creyentes fallecidos en todos los siglos previos a la gran reaparición visible y personal de Cristo en la Tierra. Por eso, no hay que preocuparse por los creyentes muertos. Ellos están en la memoria y el corazón de Dios y serán levantados de los muertos, el día que Jesús vuelva. ¡Dios no se ha olvidado de los muertos en Cristo, ellos están en sus preciosas manos! Es más. En el versículo 16, Pablo dice que este grupo tendrá un lugar de privilegio: ellos “resucitarán primero”. Es decir, que los cristianos muertos resucitarán y estarán con Cristo antes que los creyentes que estén vivos en ese día y antes de la resurrección de quiénes no conocieron o no aceptaron a Jesús como Señor y Salvador personal.

La descripción de la Segunda Venida que se nos da en la Biblia es majestuosa. Esta manifestación visible de Cristo al mundo será gloriosa, esplendorosa y extraordinaria. Un rayo cortará los cielos iluminando el firmamento y el sonido de una trompeta estruendosa dará comienzo a otro evento simultáneo y gozoso: ¡la resurrección de los santos! ¡Todos los muertos en Cristo Jesús volverán a vivir con un cuerpo glorificado apto para entrar al Reino de Dios y disfrutar de la eternidad! San Pablo nos explica más sobre esto en 1 Corintios 15, el llamado pasaje de la resurrección.

¡Qué bendita esperanza! ¡Qué animador consuelo! ¡La muerte no podrá retener a ningún hijo de Dios! Cuándo Cristo vuelva…. ¡los dolores de la muerte serán destruidos para siempre! Con la ayuda de Dios, mañana continuaremos reflexionando en otros detalles de la Segunda Venida de Cristo.

¡Qué la gracia y la paz de Dios sea sobre su vida!

En Cristo, Julio Fernández