Spread the love

Creemos, vivimos y compartimos una fe cristocéntrica, bíblica e histórica

Como creyentes nacidos de nuevo, por la gracia de Dios a través de Jesucristo, nos esforzamos por vivir en la senda del amor a Dios y al prójimo que nos enseñó nuestro Señor (Mateo 22:37-39).

Creemos que debemos vivir y enseñar la sana doctrina revelada en las Santas Escrituras. Esta “sana doctrina” abarca verdades teológicas y responsabilidades éticas que como cristianos debemos conocer, practicar y difundir para glorificar a Dios y para el bien de otras personas.

Por eso, procuramos expresar y vivir nuestra fe creyendo, practicando y difundiendo “la verdad en amor” (Efesios 4:15). Entendemos que “la verdad” abarca las enseñanzas teológicas y morales de la Biblia (cuya expresión máxima es Jesucristo, encarnación misma de la verdad) y que “el amor” es el fruto del Espíritu Santo transformando la vida del creyente. Este amor se manifiesta como devoción a Dios y como entrega y sacrificio abnegado por el prójimo y abarca el comportamiento ético que debemos tener como discípulos de Cristo. Tanto la verdad como el amor nacen de una espiritualidad redimida y obrada por el Espíritu Santo en los hijos de Dios.

Creemos, vivimos y compartimos una fe cristocéntrica, bíblica e histórica.

Nuestra fe es cristocéntrica porque en nuestro servicio, buscamos exaltar a nuestro Señor Jesús en todo lo que hacemos y difundimos (Colosenses 3:17). Creemos y proclamamos firmemente que en Cristo Jesús se hallan absolutamente todos los tesoros de las riquezas de la sabiduría y del conocimiento espiritual revelados por el Dios Creador al ser humano (Colosenses 2:3). Creemos que en Jesucristo estamos completos y que no necesitamos nada más que arraigarnos firmemente a Él para lograr una unión íntima y eterna con nuestro Padre Celestial a través de la obra santificadora del Espíritu Santo (Colosenses 2:10; 6-7; 3:4). Nada ni nadie es igualable a nuestro Señor Jesucristo, ya que Él es la imagen misma de Dios, siendo su naturaleza divina (Colosenses 1:15). Jesús es el único camino a Dios (Juan 14:6) y el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5). Es el único que puede dar la salvación eterna (Hechos 4:12). Jesucristo es el Señor Soberano ante quien toda la Creación se postrará sin excepción (Filipenses 2:9-10) y el Juez inapelable ante quien comparecerá toda la humanidad (Romanos 2:16; 2 Timoteo 4:8).

Nuestra fe es bíblica porque, para nosotros, la Biblia es la autoridad suprema en toda cuestión de fe y práctica cristiana. Además, las Santas Escrituras son el alimento espiritual que nos permite mantenernos y crecer en los caminos de Dios (Mateo 4:4). Creemos que el tema principal de toda la Biblia es la revelación de la excelsa persona de nuestro Señor Jesucristo y de su santo evangelio. Las Sagradas Escrituras se componen de los 39 libros que integran el Antiguo Testamento y de los 27 libros que forman el Nuevo Testamento, siendo todos sagrados por haber sido inspirados por Dios mismo y dados a la humanidad por instrumentos humanos por él escogidos (2 Timoteo 3:16). Como devotos de la Palabra de Dios nos dedicamos al estudio, reflexión y exposición del mensaje eterno revelado en estos libros sagrados.

Nuestra fe es histórica porque respetamos la enseñanza y el legado de los padres espirituales de antaño que enseñaron y defendieron una fe cristocéntrica y bíblica. Especialmente, valoramos el legado de la iglesia primitiva que desarrolló su fe en medio de tiempos difíciles y tumultuosos. Bajo presión, sufrimiento y persecución, estos cristianos de los primeros siglos se esforzaron por ser fieles a la fe que recibieron de los apóstoles de Cristo y, muchos, coronaron su fe con su martirio. Admiramos su fe y sus enseñanzas. A lo largo de los siglos, muchos otros cristianos hicieron grandes aportes por enseñar y difundir la verdad del Evangelio. Apreciamos grandemente sus legados y ejemplos de vida. Si bien, sólo la Biblia es nuestra autoridad en materia de fe, valoramos las enseñanzas de estos hermanos en la fe que nos precedieron y no aceptamos ningún tipo de tradición, moda teológica o de práctica que contradiga las sanas doctrinas y vivencias cristianas históricas que recibimos como valiosa herencia (Hebreos 11).

Creemos en la unidad de todos los hijos de Dios en el evangelio (Juan 17) y respetamos las diversidades que puedan surgir entre las distintas comunidades y tradiciones cristianas en temas no esenciales a la verdad del evangelio. Sin embargo, no adherimos a ideas, movimientos, teologías, organizaciones o comunidades que desdibujan, diluyen, tergiversan o contradicen las claras enseñanzas del evangelio de la gracia de Dios en Jesucristo y el santo mensaje de la Palabra de Dios, la Biblia (Judas 3; Gálatas 1:6-9).

Breve resumen de nuestra fe cristiana

  • Creemos en la Santísima Trinidad. Es decir, en un Dios único existente eternamente como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un Dios, en tres personas coexistentes desde y hasta la eternidad.
  • Creemos en Dios el Padre quien creó todas las cosas a través del Hijo, envió al Hijo para nuestra salvación y nos da el Espíritu Santo para transformarnos a la imagen de Jesucristo invitándonos a participar de un comunión eterna en su presencia.
  • Creemos en el Hijo de Dios, Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, quien ha existido eternamente como el Verbo de Dios y luego se encarnó en la persona de Jesús de Nazareth. Nació como ser humano de la virgen María, siendo completamente Dios y completamente humano. Él es la revelación perfecta del Padre y el representante perfecto de la humanidad. Sufrió y murió en la cruz por todo el pecado humano, fue resucitado corporalmente al tercer día y ascendió al cielo. Representando a toda la humanidad ante el Padre, Jesucristo provee la perfecta respuesta humana a Dios. Puesto que murió por todos, todos murieron en él, y todos tendrán vida en él. Jesucristo es el segundo Adán en quien toda la humanidad tiene la posibilidad de eterna salvación y comunión con Dios. Él es el único mediador entre Dios y los hombres. Jesucristo es único e inigualable. Merece todo honor, gloria y adoración.
  • Creemos en el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, quien trae a los pecadores al arrepentimiento y a la fe, asegura a los creyentes su perdón y aceptación como hijos muy amados de Dios, y obra en ellos para santificarlos conformándolos a la imagen de Jesucristo. El Espíritu Santo anima, consuela, enseña, corrige y otorga dones a los hijos de Dios mientras peregrinan en este mundo.
  • Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios inspirada e infalible que da testimonio de Jesucristo. La Biblia es la autoridad total y final en toda cuestión de fe y práctica cristiana. Creemos que las Santas Escrituras están compuestas por los 39 libros canónicos que integran el Antiguo Testamento y los 27 libros canónicos que componen el Nuevo Testamento.
  • Creemos en el evangelio. Este es el mensaje de una buena noticia para toda la humanidad. La buena noticia del misterio eterno de Dios revelado en la persona de Jesucristo. Dios tenía el plan de volver a la humanidad a sí mismo a través de la vida, muerte, resurrección y ascensión a los cielos de su Hijo Jesús. El evangelio proclama esa buena noticia de que, en Jesucristo, la humanidad está reconciliada con Dios por gracia. Es decir, gratuitamente sin la mediación de ningún tipo de obra humana meritoria. El evangelio es la buena noticia de la revelación de la persona y obra de Jesucristo. El evangelio llama al hombre a reconocer su desesperada condición de muerte y condenación eterna y le invita al arrepentimiento y a la fe en Cristo, mostrando también las inescrutables riquezas de las glorias eternas. El Evangelio reclama la rendición incondicional de la voluntad humana al Señorío de Jesucristo y ofrece el descanso eterno en comunión con Dios.
  • Creemos que la salvación viene sólo mediante la gracia de Dios y no por obras, y es experimentada por medio de la fe en Jesucristo. En la salvación no hay mérito humano alguno que tenga validez y queda excluida todo tipo de jactancia humana al respecto. La salvación del hombre es obra del amor y la misericordia de Dios. La salvación es por gracia (regalo inmerecido de Dios) y es aceptada por la fe que el mismo Espíritu de Dios, inspira en el hombre. La fe del hombre no es un acto méritorio de salvación, sino la simple aceptación del gratuito y bendito ofrecimiento de Dios. La salvación no es sólo la absolución de los pecados, sino también la recreación de los seres humanos a la imagen de Cristo. Los cristianos responden al gozo de la salvación cuando se reúnen regularmente en comunidad y viven vidas piadosas en Jesucristo.
  • Creemos en la ley de Cristo. La voluntad santa de Dios es expresada en esta ley a la que debemos ajustar nuestras vidas y obedecerla. Esta ley es espiritual y no se cumple con meros esfuerzos humanos, sino que puede ser obedecida sólo a través de la transformación que el Espíritu Santo obra en el corazón donde también es grabada esta ley de amor. Como cristianos debemos seguir la ética bíblica que fue inspirada por Dios y que muestra su voluntad para nuestro comportamiento en amor y comunidad. La ley de Cristo está esparcida entre los escritos apostólicos que componen el Nuevo Testamento y nos señala los claros mandamientos de Cristo a los cuáles debemos aferrarnos hoy. Los cristianos no vivimos sin parámetros éticos ni morales, sino que nos esforzamos por ajustar nuestras vidas a los designios y mandamientos de Dios bajo el Nuevo Pacto.
  • Creemos en la Segunda venida de nuestro Señor Jesucristo a la Tierra. Él regresará como Rey de Reyes y Señor de Señores, para reinar eternamente como Soberano absoluto; entregando, luego, todo dominio bajo la autoridad de Dios Padre. Su venida será personal, visible y será precedida por un tiempo de gran calamidad para toda la humanidad.
  • Creemos en la resurrección de los muertos, el Juicio Final y la vida de la era venidera. Creemos que Jesucristo será el Juez de toda la humanidad ante el cual comparecerá toda persona. Él determinará el estado final de cada ser humano a vida o condenación eterna.

Muchas gracias por su interés en nuestro ministerio y puede comunicarse con nosotros cuando le parezca oportuno haciendo click aquí

En Cristo,

MANA DE HOY